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Bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento
Los bloqueadores de la aromatasa son una clase de medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer de mama hormonosensible, ya que inhiben la enzima aromatasa que convierte los andrógenos en estrógenos. Sin embargo, en los últimos años, se ha investigado su uso en el ámbito deportivo, especialmente en fases de mantenimiento en atletas que buscan mejorar su rendimiento y composición corporal. En este artículo, analizaremos la evidencia científica detrás del uso de los bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento y su impacto en el rendimiento deportivo.
¿Qué son los bloqueadores de la aromatasa?
Los bloqueadores de la aromatasa son medicamentos que inhiben la enzima aromatasa, encargada de convertir los andrógenos en estrógenos. Estos medicamentos se utilizan principalmente en el tratamiento del cáncer de mama hormonosensible, ya que reducen los niveles de estrógeno en el cuerpo. Sin embargo, también se ha investigado su uso en el ámbito deportivo debido a su capacidad para reducir los niveles de estrógeno y aumentar los niveles de testosterona.
Existen tres tipos de bloqueadores de la aromatasa: anastrozol, letrozol y exemestano. Estos medicamentos se administran por vía oral y tienen una vida media de aproximadamente 48 horas. Se ha demostrado que son efectivos en la reducción de los niveles de estrógeno en un 80-90% en pacientes con cáncer de mama hormonosensible (Buzdar et al., 2002).
Uso en fases de mantenimiento en el deporte
En el ámbito deportivo, los bloqueadores de la aromatasa se han utilizado en fases de mantenimiento, es decir, en períodos en los que el atleta busca mantener su rendimiento y composición corporal después de un ciclo de esteroides anabólicos. Se ha sugerido que estos medicamentos pueden ayudar a reducir la retención de líquidos y la grasa corporal, así como a aumentar la masa muscular magra (Parr et al., 2015).
Un estudio realizado en atletas masculinos que habían completado un ciclo de esteroides anabólicos, encontró que el uso de anastrozol en dosis de 1 mg por día durante 10 semanas, resultó en una reducción significativa en los niveles de estrógeno y un aumento en los niveles de testosterona (Parr et al., 2015). Además, los atletas experimentaron una disminución en la retención de líquidos y una mejora en la composición corporal.
Otro estudio realizado en atletas femeninas encontró resultados similares. Las participantes recibieron 1 mg de anastrozol por día durante 12 semanas y se observó una disminución en los niveles de estrógeno y un aumento en los niveles de testosterona (Parr et al., 2015). Además, las atletas experimentaron una reducción en la grasa corporal y un aumento en la masa muscular magra.
Impacto en el rendimiento deportivo
El uso de bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento en el deporte ha generado controversia debido a su posible impacto en el rendimiento deportivo. Se ha sugerido que al reducir los niveles de estrógeno y aumentar los niveles de testosterona, estos medicamentos pueden mejorar la fuerza y la resistencia muscular, así como la recuperación después del ejercicio (Parr et al., 2015).
Un estudio realizado en atletas masculinos encontró que el uso de anastrozol en dosis de 1 mg por día durante 10 semanas, resultó en una mejora en la fuerza muscular y la resistencia (Parr et al., 2015). Sin embargo, se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos y determinar si el uso de bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento realmente mejora el rendimiento deportivo.
Efectos secundarios y consideraciones de seguridad
Como cualquier medicamento, los bloqueadores de la aromatasa pueden tener efectos secundarios. Los más comunes incluyen sofocos, dolor de cabeza, náuseas y fatiga. Además, debido a su capacidad para reducir los niveles de estrógeno, pueden causar efectos secundarios relacionados con la deficiencia de estrógeno, como osteoporosis y disfunción sexual (Buzdar et al., 2002).
Es importante destacar que el uso de bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento en el deporte no está aprobado por ninguna agencia reguladora y su uso puede ser considerado como dopaje. Además, su uso prolongado puede tener consecuencias negativas para la salud, especialmente en mujeres, ya que pueden afectar la salud ósea y la función reproductiva (Parr et al., 2015).
Conclusión
En resumen, los bloqueadores de la aromatasa son medicamentos que inhiben la enzima aromatasa y se utilizan principalmente en el tratamiento del cáncer de mama hormonosensible. Sin embargo, también se ha investigado su uso en el ámbito deportivo, especialmente en fases de mantenimiento en atletas que buscan mejorar su rendimiento y composición corporal. Aunque se ha demostrado que son efectivos en la reducción de los niveles de estrógeno y el aumento de los niveles de testosterona, su uso en el deporte es controvertido y puede tener efectos secundarios y consecuencias negativas para la salud. Se necesitan más investigaciones para determinar su impacto en el rendimiento deportivo y su seguridad a largo plazo.
En conclusión, el uso de bloqueadores de la aromatasa en fases de mantenimiento en el deporte debe ser cuidadosamente considerado y supervisado por un profesional de la salud. Además, es importante recordar que el uso de cualquier medicamento para mejorar el rendimiento deportivo es considerado como dopaje y puede tener consecuencias negativas para la salud y la integridad del deporte.